domingo, 20 de abril de 2014

No es el qué, es el cómo.

Que ganas dan de retener ciertos momentos en tu mente, de hacerlos durar por siempre, como si esos segundos nunca terminaran.
El tiempo pasa quieras o no, las personas crecen.
Siempre quise crecer, madurar, ahora es una tortura permanente. Siento que una cosa mala que haga vale por mil buenas. Las personas disfrutan verte caer, tratan de ponerte como una meta. Odio ser una meta, detesto que se comparen conmigo. No quiero ser un ejemplo, solo quiero ser normal. No estoy diciendo que sea buena, si no que estoy harta de que traten de superar mis logros y deseen verme abajo desde arriba.

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